La homeopatía fue fundada en 1796 por el médico alemán Samuel Hahnemann, quien formuló el llamado principio de similitud: «Algo similar puede ser curado por algo similar» (similia similibus curentur). Según eso, se debe seleccionar un medicamento homeopático en el que los ingredientes de la matriz, sin diluir, puedan producir en las personas sanas síntomas similares a los del paciente, teniendo en cuenta el “carácter emocional y espiritual del paciente”.
La homeopatía sigue siendo muy controvertida por muchos médicos clásicos, ya que, al igual que en la medicina antroposófica, a causa de la terapia muy individualizada (que se adapta al paciente individual y no solo a los síntomas) es casi imposible realizar estudios clínicos que se basan en los criterios de un estudio “doble ciego”.
En la práctica, sin embargo, vemos una y otra vez éxitos increíbles del tratamiento homeopático. En Alemania y Francia, este método de curación es muy reconocido y muy utilizado por los pacientes.