La ginecología es una especialidad muy versátil. Por un lado, se deben aclarar los hallazgos físicos y tratar molestias agudas o crónicas. Por otro lado, intentamos ver y reconocer a la mujer como un individuo, siempre con nuestro enfoque holístico. En muchos casos, no se pueden separar los síntomas físicos de los procesos psíquico-emocionales.
Es importante para nosotros facilitar a nuestras pacientes el máximo de información posible y así capacitarles para tomar decisiones en relación con su propia salud.
La versatilidad de la ginecología se demuestra por los diferentes grupos de edad de las pacientes: en las mujeres jóvenes, inicialmente interesan asuntos como la pubertad, el inicio de la menstruación, las primeras experiencias con la sexualidad y la anticoncepción, y más tarde la planificación familiar. Antes y después del nacimiento de hijos, los chequeos anuales ofrecen una buena oportunidad para poder hablar con el ginecólogo de asuntos actuales de la propia salud. Más tarde, en la vida de una mujer, vienen a la mente el tema de la menopausia y todos los cambios asociados con ella.
¡La vida de una mujer es así de agitada! Las mujeres están expuestas a muchos cambios, y no solo cíclicos sino también relacionados con la edad.